Pages - Menu

Pages - Menu

martes, 18 de julio de 2017

LA PIEDRA QUE HABLA


¡La piedra que habla!

Se reunieron aquellos constructores que habían recibido los permisos para construir grandes edificios, que le darían a la ciudad un aspecto moderno con sus novedosos diseños.

Todos comenzaron a realizar maquetas para fabricar rascacielos con nuevas y reveladoras ideas que le darían una mejor calidad de vida a los habitantes de la ciudad y aportarían un gran desarrollo urbanístico.

Las entidades de control de calidad seleccionarían a la empresa que construyera el mejor edificio con las mejores ideas, diseños, a su constructor, y a su equipo de trabajo para darles honores y fama.

El primer día de labores, pasaba cada constructor con su equipo de trabajo al terreno que le correspondía para revisarlo, todos emocionados y alegres decían al tiempo que se estrechaban las manos: ¡Aquí fabricaremos el mejor edificio y seremos el mejor equipo de constructores!


A todos los observaba un viejo sabio que estaba sentado sobre una piedra de unos siete metros,  de aspecto áspero, nada reluciente, muy normal, nada que fuera apreciado ante la vista de alguno.

El viejo bajó de la piedra y llamó al primer constructor y a su equipo y les dijo: “Constructor entusiasmado, te presento esta piedra que te servirá de base, con ella  reforzarás tu construcción, la cual tendrá gran crecimiento y te aseguro que será un éxito”. El constructor al mirar la piedra con aspecto nada particular, comenzó a reír a carcajadas y burlándose de la piedra junto con su equipo le dijo al viejo: ¡Nooo viejo! ¿Cómo crees que utilizaré esa piedra tan horrible en mi gran innovación? ¡Además, ni para decoración sirve porque es demasiado fea! No viejo, agarra tu piedra y bótala al mar donde nadie la vea y que caiga en su profundidad. El viejo sabio  bajó su cabeza y se volvió a sentar sobre la piedra.

Al rato pasó el segundo constructor y el viejo descendiendo de la piedra lo llamó y le dijo: Constructor, te regalo mi piedra para que tu edificación goce de fama y seas el mejor constructor del mundo, ¡te servirá de base! Este mira la piedra y la toca junto con su equipo de trabajo y le dice al viejo: ¿Cómo crees que colocaré esa horrible piedra en mi edificio?, si mi futura fabricación será con cortes modernos y muy refinados, no viejo agarra tu piedra y escóndela detrás de aquella alta montaña, así nadie puede ver ni tocar esa horrible piedra.

El viejo sabio, sin perder la esperanza de que alguno tomara su piedra, sigue intentando pues le faltaba el tercer y último constructor. Cuando lo iba a llamar el constructor se detiene y observando la piedra donde estaba sentado le dice:

— Viejo, ¿qué haces sentado en esa piedra, por qué no me la regalas? Me servirá de base y así, estableceré las otras piedras en referencia a esta, y determinara la posición de toda la estructura. La colocaré en la esquina y no solo me servirá de refuerzo sino también de decoración. El viejo sorprendido le pregunta:

— ¿Hablas de esta piedra?

— ¡Sí!, esa.

— Pero como así, ya pasaron dos constructores y la han rechazado, ¿y tú la quieres? —Y bajándose rápido de la misma le dice— ¡Tómala es tuya!, y te felicito por tan grande herramienta que te dará fama y prestigio.

El constructor sonriendo y sin creer en su halago, le pidió al equipo que cargara la piedra y la colocaran al lado de todos los materiales de construcción, para comenzar la obra.

Arranca la obra del tercer constructor y comienzan con la limpieza del terreno y sienten una voz que les dice: Amigos utilicen la retroexcavadora, porque allí debajo hay un arbusto que hay que eliminar. Los trabajadores sin darse cuenta obedecieron y de esa manera realizaron la limpieza. Continuaron, y la misma voz les dice ahora: El terreno está desnivelado, hay que rellenarlo. Estos haciendo caso a las instrucciones  prosiguen la construcción, toman todas las medidas para colocar las bases y nuevamente sienten la misma voz que les dice: Hombres,  tomen bien las medidas y que coincidan con las de las columnas.

Esta vez ellos se detienen y tratan de buscar de quién era la voz que los orientaba pero no vieron a nadie.

Siguiendo el consejo construían de una forma perfecta pero todavía  no entendían quién les estaba orientado, su trabajo estaba quedando perfecto y sin contratiempos, ellos sabían que era un buen inicio y aseguraban que todo sería un éxito.

La construcción se siguió desarrollando con la guía de aquella voz y estaba quedando muy bien. El constructor veía que su edificación estaba siendo fabricada mucho más rápido que las otras, que no cometían ningún error y las inspecciones arrojaban buenos comentarios.

Un día cuando todos los trabajadores ya se habían ido a sus casas, el constructor pensó: Mi obra va perfecta y aquí hay alguien que nos orienta pero no sabemos quién nos habla, siempre sentimos su voz y con sus consejos hemos logrado que este edificio vaya a la perfección, sin cometer ningún error. Así que comenzó a buscar por todos lados y recordó al viejo sabio constructor que le regalo la piedra y pensó: Seguro es el viejo que está escondido y me está dando su ayuda. Inmediatamente comenzó a llamarlo diciéndole:

— ¡Sal ya, sé que eres tú!, no te escondas, tú me has estado orientando para que mi edificio sea el mejor. Y escucha una voz que le dice:

— No, no soy el viejo sabio, soy yo la piedra que él te regaló, soy la piedra rechazada por los constructores. Asombrado ¡no lo podía creer! La mira, la toca y le dice:

— ¡Realmente eres tú!

— Sí, soy la piedra rechazada.

— Mi querida piedra, no solo me sirves de piedra angular dándole fortaleza a mi edificio sino que ¡también hablas! —El sabio constructor tenía razón y continúa diciéndole— Mi fama en el mundo será por la piedra angular que también habla, tú eres la pieza fundamental de mi edificación porque todos querrán venir a vivir en el edificio donde hay una piedra que habla, además orientarás a los habitantes del edificio con tu gran sabiduría, logrando una buena convivencia.

Así que no dudo más y era turno de trabajar con el equipo encargado del sistema eléctrico, habló con ellos para que obedecieran la voz de la piedra que estaba coordinando todo.


Llegó el día de entregar todas las obras. Se reunieron el gobernador de la ciudad y todos sus habitantes para ver las edificaciones y sus nuevas ideas. El primer constructor muestra su edificio con óptimas decoraciones y una bella vista ya que  tenía ventanas grandes de espejos, donde todos los que pasaban frente a él podían observarse.

El segundo constructor presentó una edificación con un gran tobogán, así que si estabas muy de prisa en lugar de esperar el ascensor o bajar las escaleras, te lanzabas por el tobogán, causando gran emoción a todos los que allí  vivieran.

Luego sale el tercero y dice: Mi edificio es el mejor, sus medidas son perfectas, no cometí ningún error, además aquí vivirán todos muy felices.

Y el gobernador le pregunta: ¿Y cómo estás tan seguro de eso? A lo que el constructor le responde: Porque su decoración principal es una piedra que habla, junto a su sistema eléctrico y su alarma contra incendios, si hay un terremoto esta  emitirá con su voz una orden que mantendrá a sus residentes informados de todo,  cuidándolos a todos, adultos, niños y ancianos ante cualquier peligro.

En ese momento todos los que estaban presentes se miraban a incrédulos, dando a entender que este constructor estaba loco por lo que decía. Y en ese mismo momento escucharon una voz que provenía de la piedra que estaba en la parte angular del edificio que decía:

Bienvenidos todos habitar en el mejor edificio del mundo, les daré una demostración de lo que hará este edificio, y comenzó a hablar dando órdenes:

¡Enciéndanse las luces!, y se prendieron todas las luces del edificio.

¡Abrase el portón del garaje!, y el portón se abrió.

¡Abrase la tubería del agua para regar el hermoso jardín!, y se regó el jardín.

Además advierto a todos cuando viene un movimiento telúrico para que tomen las medidas de precaución necesarias, así todos podrán vivir en un edificio seguro.

Todos se quedaron paralizados al ver y oír hablar a aquella piedra que controlaba el buen orden del edificio, y la fama del tercer constructor fue tan grande que todos querían vivir en aquel edificio, y llegó a ser el mejor edificio del mundo..

No rechaces ni desprecies a nadie, porque todos tenemos algo importante que dar sea poco, sea grande, cada ser tiene capacidades valiosas que demostrar. Si   alguna vez te sientes rechazado, en cualquier ámbito donde te desenvuelvas,  la escuela, la universidad, tu trabajo, tu familia, tu iglesia, no te sientas mal. Busca siempre a Dios y él resaltará todas tus virtudes. Por muy insignificante que te  sientas, confía siempre en Él.

 Jesús es nuestro mayor ejemplo, él fue rechazado y hoy es nuestra piedra angular. Así que edifica tu vida de la mano de Dios, logrando mantener fuerza y fe para caminar dentro de la sociedad donde te desenvuelves.

Salmo 118:22-29

 "Con Dios de la mano. Sin Él nada somos".


Mary Jeanne Sánchez Viloria

Autora de libro Caina Libertad,  EL REY Y LAS SIETE ROSA  ambas por Amazon.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario