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jueves, 26 de octubre de 2017











La mariposa dorada





La historia que quiero contarles los transportará a una época maravillosa en la vida, ¡sí!, aquella época cuando tu imaginación volaba y viajabas a gran velocidad al leer ese cuento que tanto te gustaba y querías imitar a sus personajes. 
Hoy te quiero regalar otra historia, no famosa, pero con la que seguramente llegaré a tu interior donde todavía se albergan los sentimientos más puros de tu niñez, para luego llevarte a reflexionar.
 Esta historia que ocurre en los jardines más hermosos de una bella ciudad, era el lugar más visitado por la admirable belleza de sus flores, todas exóticas y de colores llamativos, sin dejar atrás las mariposas que combinaban, dándole un toque especial a ese bellísimo paraíso terrenal. 
Dentro de ese escenario donde la naturaleza reinaba, había una bella mariposa con extraordinarios colores que cuando el sol la iluminaba, todos se transformaban en un solo color, el color dorado. 
Esto impresionaba mucho a los visitantes, tanto que cuando ella pasaba solo se escuchaban sus voces diciendo: “¡allí va la mariposa dorada!”, despertando la emoción de los fotógrafos que corrían tras ella para obtener las mejores fotografías cuando ésta se posaba entre las rosas rojas. 
Así se desenvolvía aquel espectáculo de risas y alegría entre los fotógrafos, los visitantes y la mariposa dorada. Pero un día, cuando ya caía la tarde y todos los insectos del lugar comenzaban a buscar refugio para recibir la noche y despedir aquel armonioso día, pasaba la Mariposa Dorada por donde estaban los botes de la basura, y sintió una voz que la llamaba: “Mariposa Dorada, Mariposa Dorada”, al mirar, vio a una mosca grande, negra y de alas grises que le decía: “Veo siempre el espectáculo que ofreces donde los fotógrafos y los visitantes se emocionan cuando pasas a posarte entre las rosas y a todos cautivas con tu extraordinaria belleza; y veo también que cuando el sol brilla tus colores cambian convirtiéndote en la Mariposa Dorada, ¿por qué no me revelas tu secreto?” La mariposa, acomodándose entre los botes de basura para continuar el diálogo le dijo entre risas: “Sabes mosca, yo también fui fea, gorda y mi cabeza era grande y me la pasaba comiendo entre las hojas de las plantas del bosque; por lo cual ellas me despreciaban, ya que mi único fin era poder devorarlas, algo así como te pasa a ti, que te la pasas dentro de la basura esperando que alguien bote sus inmundicias para que puedas comer, y cuando sales de aquí y te posas en los platos de las personas también te desprecian y con asco y golpes te corren de sus manjares; es por eso que te digo que también fui horrible como tú. 
Hasta que un día mirando más allá del sol, comencé a reflexionar en lo que era mi vida y así decidí dejar de ser una oruga porque me cansé de estar siempre igual, comencé a transformarme y entre más me conocía, más lograba que todo mi cuerpo cambiara externamente, de gordo paso a ser un cuerpo más fino, comenzaron a salirme alas largas que pasaron por hermosos colores, también cambio mi forma de pensar y así prefería ahora las flores y rosas y dejé de alimentarme con las hojas de las plantas y la madera de los árboles del bosques que me hacían cada día más inútil y despreciable, es por eso que hoy me paseo entre los jardines. 
Pero la cosa más maravillosa que ocurrió fue conocer un cómplice, a mi amigo el sol, que cuando miro al cielo me regala su brillo bañándome con su luz. Ese es mi secreto sin mi cómplice no lograría todo este espectáculo donde todos me llaman la Mariposa Dorada, amada de todos”. 


REFLEXIÓN
¡Mira que sabia es la naturaleza!, que permite la transformación de algunos insectos. Imagínate qué no haría Dios por nosotros si algún día decidimos cambiar, siendo Él quien creó todo esto. 
Si quieres cambiar y trasformar tu vida comienza conociéndote a ti mismo, reconoce cómo son tus acciones en la vida, ya que son tus actitudes y tu manera de obrar las que le dan repuesta a lo que eres hoy, comienza a cambiar reconociendo cuáles son las miserias de tu alma que te mantienen allí en el desperdicio de la vida como en el caso de la mosca; trasforma todo con mucho amor, por lo contrario pasarás tu vida en un solo punto viviendo en la basura de tus propias inmundicias. Así que abre tu corazón y eso te permitirá trasformar tu alma, lograrás ser una persona feliz y más optimista en todo lo que emprendas en tu vida, porque ese será tu secreto para realizarte, vas a ver como se extenderán tus alas logrando iluminar en la oscuridad y si elevas tu mirada al cielo y descubres que allí esta alguien grande y maravilloso, y lo buscas, Él se convertirá en tu cómplice llenándote de fuerza y prosperidad. 
Entonces en ese momento entenderás que solo Dios es el único que te puede cambiar, para que tu vida se llene de bellos colores y puedas brillar como la Mariposa Dorada. “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cual es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto”. (Rom 12, 2) 
Mary Jeanne Sánchez Viloria Autora  


 





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