¿Crees que la higuera se enojó?
Dicen que un día, Jesús tuvo hambre.
Se acercó a una higuera frondosa, adornada de hojas, como si prometiera abundancia.
Pero al buscar fruto, no halló nada.
Entonces la maldijo,
y desde su raíz… la higuera se secó.
¿Crees que se enojó?
Yo creo que se arrepintió.
Que en su silencio, comprendió que había tenido todo para florecer,
pero eligió no tomar los nutrientes de la tierra,
no buscar profundidad,
no crecer.
Así también hay vidas llenas de hojas…
pero vacías de fruto.
Tal vez tú hoy estás como esa higuera.
Rodeado de oportunidades, con todo lo necesario para prosperar:
una mente despierta, salud, capacidades, incluso fe.
Pero si no te ocupas de crecer, si no cultivas,
si no aprovechas lo que tienes en las manos…
¿qué fruto podrás ofrecerle a Dios?
No maldigas tu trabajo si es pequeño,
no reniegues de lo poco si te exige mucho.
Desde ahí, desde ese terreno sencillo,
puedes comenzar a construir algo grande.
Los que trabajan y estudian a la vez,
los que ahorran de lo poco para invertir en un futuro mejor,
los que transforman su escasez en semilla:
esos sí que florecen.
Quizás no necesitas más cosas…
solo necesitas despertar a lo que ya tienes.
Tienes manos, ideas, recursos, tiempo.
Tienes un Dios que pasa cerca,
esperando encontrar en ti al menos un fruto verdadero.
No seas como la higuera que se secó.
No porque Jesús la castigó,
sino porque ella misma no quiso florecer cuando pudo hacerlo.
¡Que no te pase como la higuera!
Mary Jeanne Autora autora de los libros Caína Libertad, El rey y las siete rosas, Aroma de Vagabundo, Pasion hechizada, cuando el amor se hereda dos últimas novelas románticas.
