"El problema y yo"

A veces, te detienes a pensar en ¿cómo salir de ciertas dificultades que se presentan en la vida?, “situaciones que te atan y te encierran”, dejando pasar el tiempo sin encontrar ninguna solución, hasta el punto en que “el mismo problema” sigue allí por años. Es la convivencia con esta situación la que te lleva a darle nombre y sin darte cuenta comienzas a llamarlo “mi problema y yo”.

¡Cuidado, cuidado, te digo yo! Porque si no recapacitas al respecto, te entregas por completo, trayendo mucho daño a tu vida. Entonces tu problema crece cada día más, porque se alimenta de ti, de tu ser; pero… ¿Cómo se puede alimentar un problema de ti mismo?

Lo hace cuando se alimenta de tus cosas valiosas como tu seguridad, tu fe y tu amor.

De tu seguridad: tu problema la absorbe convirtiéndote en un ser inseguro, que siente miedo de enfrentar ciertas dificultades y esto baja tu autoestima, pues no te sentirás una persona valiosa ni capaz de realizar cosas de gran importancia.

De tu fe: te hace perder toda esperanza en la vida, encerrándote en un círculo que no te deja avanzar, simplemente porque no crees poder llegar más allá. No tienes la firmeza de que sí puedes lograr aquello que es importante en tu vida.

De tu amor: porque si no tienes amor en tu corazón no tiene sentido tu vida. Una dosis de amor por pequeña que sea te ayudará a ver el mundo diversamente, aprendiendo a quererte a ti mismo, puedes también querer al mundo y a las personas que te rodean y así enrumbarte a nuevos caminos para vencer grandes obstáculos.

Aprende esto en la vida “¡Con los problemas no se convive!, los problemas en la vida se enfrentan”; analizando, tomando en cuenta los retos que estos te impongan, recuerda algo siempre “Dios no te va dar una carga que no puedas soportar”. 

He visto a personas que por sus problemas se han perdido por completo cayendo en mundos muy bajos, sumidos en el alcohol, las drogas, la prostitución y hasta la locura.

¿Y qué hacemos si esto está ocurriendo?

“Rompemos toda cadena”

Cualquiera que sea tu problema, habla con él (es una forma de decir para darle vida a esto que te está sucediendo), pregúntale ¿qué quiere de ti?, porque detrás de cada dificultad existe un propósito. Así que no caigas en las trampas de tu problema, ¡levántate! y dile a tu problema que no se quede en tu casa, conviviendo con todo lo que te rodea, tus hijos, tu cónyuge, tus padres, hermanos, amigos; porque todo absolutamente todo lo que está debajo del sol “pasa”, no permanece allí, es una ley de la vida que todo pasa, así que tu problema también pasará con la ayuda de Dios.

Y verás con el tiempo que todo lo que ocurrió en tu vida era con un gran propósito.

Alemania, 03 de marzo del 2017

Mary Jeanne Sánchez
Autora del libro Caina Libertad. Amor de Guerrera.

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